miércoles, 23 de enero de 2008

Más vale prevenir que curar. Semmelweis.

Dos aficiones se cruzan para escribir este artículo. Por un lado, la historia. Por otro, la salud, esta última vinculada a mí por ser técnico de farmacia.

La historia del personaje que hoy me ocupa es la historia de otros muchos que han estado por sus ideas, fuera de su tiempo, ideas que aún no podían concebirse en la época que les habían tocado vivir. A pesar de tener razón, se sentían incomprendidos por sus contemporáneos o incluso sufrían la persecución.

Ignacio Felipe Semmelweis, fue médico húngaro. Nació en 1818 en la ciudad de Buda a orillas del río Danubio. Aunque su padre quería que su hijo fuese abogado, el joven Semmelweis cambia de idea cuando participa en una autopsia.
Estudia en el Hospital General de Viena, siendo alumno de tres insignes médicos austriacos. J. Skoda (profesor de clínica médica), C. Von Rokitansky (profesor de anatomía patológica) y F. Von Hebra (profesor de dermatología).
En 1844 se licencia en medicina, trabaja con Rokitansky y se dedica al estudio de la infección que se produce en el ámbito de la cirugía. Nacería pues la obsesión, la inquietud e insatisfacción en Semmelweis.
Éste no entendía cómo era posible que hubiese más mortalidad de mujeres parturientas en los hospitales que las asistidas por familiares en la calle.

Antes de doctorarse en obstetricia –ginecología- en 1846 decía: "Todo lo que aquí se hace me parece muy inútil; los fallecimientos se suceden de la forma más simple. Se continúa operando, sin embargo, sin tratar de saber verdaderamente por qué tal enfermo sucumbe antes que otros en casos idénticos".
Cuando en ese mismo año estuvo trabajando en la plantilla del doctor Klein, el 96% de las mujeres que daban a luz fallecían. Klein, achacaba a los estudiantes de medicina, acusándoles de brutos o de ser extranjeros, sobre todo húngaros.

Sin embargo, Semmelweis no podía creer semejante estupidez, no entendía cómo podía decir el doctor Klein eso. El hecho problemático era averiguar la razón por la cual morían más mujeres por fiebre puerperal en la división de los médicos -supuestamente mejor atendidas- que en la división de las matronas.

Fueron dos hechos lo que llevaron a Semmelweis a formular la hipótesis que explicase la causa de tan alta mortalidad entre las parturientas asistidas por médicos.

El primer hecho que los estudiantes de medicinas fuesen quienes después de haber manipulados cadáveres participaran en los alumbramientos. En cambio, las matronas no andaban con muertos.
El segundo hecho, la muerte de un amigo suyo, profesor de anatomía, que moría al poco tiempo por los síntomas de la fiebre puerperal, tras haberse cortado con un bisturí utilizado sobre un cadáver.

Su hipótesis fue que la enfermedad se debía a unos patógenos (Escherichia coli) en los cadáveres, que al ser manipulados por los médicos, éstos los transmitían por las manos infectadas (funcionado como vectores) hacia las mujeres que eran asistidas por los médicos.

Semmelweis conjeturó que se podría reducir el porcentaje de muertes simplemente con que los médicos se lavasen las manos antes de intervenir en un parto. Tras la utilización de una solución de cloruro cálcico que garantizara la total asepsia, el resultado fue el cumplimiento de todas las consecuencias prevista, es decir, la mortalidad cayó al 0,23%.

Sin embargo, muchos médicos de Europa bien por vanidad o bien por envidia, rechazaron su descubrimiento afirmando que había manipulado las estadísticas. Sólo cinco médicos reconocieron su hallazgo.

El doctor Kleín despidió a Semmelweis y fue a trabajar a Budapest en un hospital de maternidad dirigido por el doctor Birley, en donde escribiría un libro: De la etiología, el concepto y la profilaxis de la fiebre puerperal.
En 1856 muere Birley y Semmelweis es nombrado director. No obstante, sus enemigos consiguen desacreditarlo cayendo en una fuerte depresión y locura. En 1865, tras presentar mejoría, es dado de alta del asilo donde se encontraba.
Aprovecha su libertad para entrar en el pabellón de anatomía donde, delante de los alumnos, abre un cadáver y utiliza después el mismo bisturí para provocarse una herida. Skoda acude a Budapest, pero tras tres semanas de fiebre y los mismos síntomas que los de las mujeres que tantas veces vio morir, Semmelweis fallece a los 47 años en brazos de su profesor.

En el interior del Hospicio General de Viena puede verse la estatua de un hombre sobre un pedestal que representa al profesor Semmelweis.
Bajo la efigie se ha colocado una placa con la inscripción: "El salvador de las madres".

by David Domínguez.

domingo, 20 de enero de 2008

Hugo Boss, el sastre de los nazis


Observar los uniformes nazis en un primer momento nos producen rechazo, pero sí lo vemos con detalle y retiramos su cruz esvástica encontramos que tienen su atractivo.
Espectacularidad, riqueza y diversidad son los tres conceptos que definen estos diseños de la Alemania nazi. El Tercer Reich no dudó en cuidar su imagen como estrategia en su ascenso al poder, hoy estaríamos hablando de un marketing muy bien estudiado.

La prestigiosa y archifamosa marca Hugo Boss, sin olvidar otras como Ford, Chanel, Volkswagen, General Motors, IBM o la petrolera Standard Oil Corporation, participó y se benefició del totalitarismo nazi, así lo demuestra cuentas bancarias suizas y documentos donde los relacionan.

Hugo Boss creó su taller de confección en 1923, en Metzingen en plena República de Weimar. Sin embargo, el negocio no era rentable y en 1931 estaba a punto de ir a la quiebra .
Hugo Boss no podía pagar a los 22 trabajadores que tenía en su empresa y la fabricación de impermeables y de ropa de trabajo no tenía mucha salida. No obstante, los tiempos cambiaban en Alemania al empezar la década de los 30.
El NSDAP, el Partido Nacional Socialista Alemán, consigue importantes cuotas de poder y Hugo Boss no duda en afiliarse.

Lo haría el 1 de abril de 1931, con el número 508.889, viendo que este partido era una fuerza a punto de acaparar todo el poder en Alemania.
Tras superar algunos problemas económicos, Boss pronosticó que el negocio era vestir a las fuerzas Hitlerianas; no dudó en hacerlo.
El crecimiento del nazismo en Alemania era evidente y en 1933 llegó al poder. Dos años más tarde, en 1935, Hugo Boss dejó de lado la fabricación de ropa civil y se dedicó sólo a la confección de uniformes.

Como decíamos la primera sastrería de Hugo Boss fue fundada en Metzingen, localidad en la que entabló amistad con el también empresario textil Herold, de origen judío. Según los testimonios de los vecinos, Herold y Boss mantenían una sensacional relación, la cual se dió al traste con la llegada al poder de los nazis.
En 1938 la familia Herold huyó a Holanda tras la noche de los Cristales Rotos, cuentan que la empresa de Boss se quedó con toda la maquinaria y locales que poseía la empresa de Herold.

La marca aprovecharía, además, la mano de obra barata judía. Tras la caída de Hitler no fue hasta la década de los noventas cuando comenzó de nuevo su fama mundial.

miércoles, 16 de enero de 2008

Mercedes Benz

En esta ocasión os propongo hacer un viaje por la carretera del tiempo y dar un paseo por la historia del creador de los primeros automóviles.

En 1893 Karl Benz fabricó el primer vehículo de cuatro ruedas y en 1886 patentó su invento. Por un lado, Benz se dedicaba a fabricar vehículos y por otro, Daimler -que posteriormente se fusionaría con Benz- se dedicaba a producir motores para distintos vehículos, así por ejemplo vendió motores a Ferdinand Von Zeppelín, inventor de los dirigibles rígidos.

De ahí, además el por qué la famosa estrella de tres puntas; fue diseñada por Daimler para mostrar el uso de sus motores tanto en tierra como aire y mar. Y los laureles representa a la familia Benz, de esta forma se simbolizaba la unión de las dos firmas.

Fueron muchas las marcas de coches las que se dieron, como por ejemplo la Ford. No obstante, Benz fabricaba coches con estilo, gran atractivo y sobre todo de calidad.
La II Revolución Industrial, el trabajo en serie y el que Benz sólo se dedicara al diseño de sus inventos -ya que Fischer y Ganss se dedicaban a la administración y venta respectivamente- posibilitó que Benz siguiera y avanzara en sus creaciones.
El nombre de Mercedes Benz, se lo debemos a su hija y en cierto modo sirvió como pretexto para subsanar problemas legales.

El video que a continuación se presenta hace un recorrido por la historia de esta marca y sin duda alguna es interesante echarle un vistazo.




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martes, 15 de enero de 2008

Historia de las religiones

En tan sólo 90 segundos se resume la historia y evolución de las religiones más predominantes en nuestro planeta. Hinduismo, Judaísmo, Budismo, Cristianismo e Islam -cronológicamente ordenadas- fueron y son aquellas religiones más extendidas a lo largo de nuestra historia. Y todas ellas no exentas de conflictos entre sí a medida que chocaban territorialmente.

sábado, 5 de enero de 2008

Champollión y la piedra Rosetta

Enamorado del milenario Egipto, Champollión hablaba 12 lenguas antiguas así como otras tantas vigentes actualmente. Sin dudad alguna, fue un superdotado, al cual, hoy le debemos el saber qué hay tras aquellos misteriosos jeroglíficos.

Fue un arduo trabajo descifrar aquella gran piedra pues dedicó largas jornadas en el estudio de la Piedra Rosetta, tanto fue así que cuando descubrió los significados estuvo en cama durante 5 días.

Jean François Champollión nació a finales de 1790 en Francia. Fue historiador y egiptólogo, su pasión por Egipto llegó de la mano de su hermano, quién primeramente le introdujo en el apasionante mundo egipcio. Murió en París en marzo de 1839, con tan sólo 42 años.

Decía de sí mismo: «Soy adicto a Egipto, Egipto lo es todo para mí».


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jueves, 3 de enero de 2008

El "Maine" después de 110 años.

Nos encontramos en los últimos años del siglo XIX. Año 1898, fecha en la que España reconocería obligadamente su decadencia.

Al otro lado del Atlántico, en La Habana (Cuba), llegaba el 25 de enero de 1898 el acorazado de segunda clase "Maine" con el pretexto de defender los intereses de los residentes norteamericanos en la isla. Aunque este hecho no gusto mucho a los españoles de Cuba, estos acogieron a los recién llegados con toda cortesía. Sin embargo, el 15 de febrero del mismo año ocurrió un hecho que cambiaría el rumbo del desgastado imperio español.

A las 09:40 pm, una explosión se daba lugar en la bahía de La Habana. El Maine se hundía llevándose consigo 256 almas (254 marineros y 2 oficiales). El resto de la tripulación se encontraba en una fiesta que los españoles les habían organizado, 99 oficiales por tanto fueron los sobrevivientes y de entre ellos el capitán Charles Dwight Sigsbee.

Inmediatamente a este hecho la prensa amarilla de ambos bandos culpabilizan al contrario. Por un lado, la prensa estadounidense afirma que los españoles han sido los que han causado la explosión. Y por otro, la prensa española -influenciada por la oligarquía de antaño que veían amenazadas sus intereses en la isla- afirmaba que era necesario declarar la guerra a los EE.UU.

Fue así como España perdió definitivamente su influencia en el mundo. La guerra contra EE.UU. provocó la perdida de sus últimas colonias y la caída de la moral de los españoles como superpotencia.

Hoy día sigue habiendo controversia y polémica sobre este asunto. Aún existen aquellos que piensan que fueron los españoles los que hundieron el Maine y otros que consideran que fueron los propios americanos los que hundieron el acorazado con el fin de entrar en guerra con España.

De ser esto último cierto, como actualmente se esta demostrando -en vista de los documentos desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos- sería lamentable y a la vez horrible como una nación puede acabar con las vidas de inocentes (sus propios ciudadanos), sólo por conseguir fines económicos e influencia hegemónica.

por David Domínguez.

Puedes contactar conmigo en:   hispanus21@gmail.com