sábado, 26 de abril de 2008

Guerra de la Independencia. 2 de mayo de 1808.

En 1789 se produjo en Francia un hecho histórico que cambiaría no sólo la sociedad francesa sino también la sociedad del resto del mundo, hablamos pues de la REVOLUCIÓN FRANCESA; ésta sublevación de carácter burguesa puso en crisis al Antiguo Régimen.

Antecedentes y causas:

Durante esta época el rey Carlos IV reinaba en España (de 1788 a 1808) y tras la ejecución de Luis XVI, España declara la guerra a Francia -Guerra de la Convención- al igual que hacían otros monarcas europeos.


Las primeras victorias se obtuvieron con el general Ricardos pero el signo de la guerra cambió en 1794, cuando el primer ministro Godoy, envió un ejército y éste fracasó acelerando así la paz, que se firmo en Basilea en 1795. Con la firma del tratado de paz, España se unió a Francia en diferentes alianzas contra Portugal y Gran Bretaña y, en estas guerras, la armada española sufrió reverses importantes, como la batalla de San Vicente (1797) y, sobre todo, la batalla de Trafalgar en (1805).


Con la firma del tratado de Fontainebleau, España y Francia acuerdan el reparto de Portugal una vez ocupada, lo que permitió la llegada masiva de tropas francesas que se fueron estableciendo estratégicamente en las ciudades de Madrid, Barcelona, Cádiz y Lisboa.
Sin embargo, pronto se vieron las verdaderas intenciones de Napoleón que no eran otras que ocupar la Península Ibérica e implantar a su hermano José Bonaparte (“Pepe Botella”) como monarca.


Mientras tanto, Godoy convenció a la familia real a huir a Sevilla y, si fuera necesario, exiliarse en América. La Corte vio esto como una ofensa y una rendición por parte de Godoy, por lo que sus opositores y el príncipe de Asturias (el futuro Fernando VII) instigaron un motín popular en Aranjuez en marzo de 1808.

El motín provocó la caída de Godoy y obligó a Calos IV a abdicar en favor de su hijo. Napoleón dio su aceptación pero en realidad estaba aprovechando las disputas entre padre e hijo para él colocar a sus tropas estratégicamente, al poco tiempo, reunía en Bayona a Calos IV y a Fernando VII y los forzó a abdicar a favor de su hermano.

Un grupo de ilustrados liberales –afrancesados- colaboró con José I, éstos veían ahora la oportunidad de realizar los cambios que tanto necesitaba España. Sin embargo, el pueblo español acostumbrado a la monarquía borbónica no aceptaba la nueva situación política.

La Guerra de la Independencia:

El 2 de mayo de 1808 se producía en Madrid un alzamiento popular que se extendió rápidamente por toda España. Los sublevados no reconocía a José I y ante la ausencia de poder legítimo se constituyeron las “Juntas Provinciales de Defensa” quienes organizarían el levantamiento militar, dirigirían los asuntos públicos y redactarían una constitución.


Los franceses sorprendidos por el levantamiento generalizado del ejército y grupos de guerrilleros establecieron un plan para acabar con esta resistencia, sometiendo así a las ciudades que proclamaba su independencia.
En Andalucía, el general Castaño y su ejército derrotó a las tropas francesas en Bailén en julio de 1808, lo que obligó a José I abandonar Madrid. Napoleón tomo cartas en el asunto y con 250.000 soldados logró recuperar el control de Madrid y las ciudades más importantes, excepto Cádiz.


No obstante, por el resto de España el ejército francés padecía una guerra de desgaste y en 1812 el ejército británico dirigido por el general Wellinton, desembarcó en Portugal; éstos juntos los guerrilleros españoles consiguieron la retirada definitiva de los franceses en España.
En 1814 Napoleón y todo su imperio cayó vertiginosamente. La guerra de la independencia había terminado.

Tanto liberales como absolutistas españoles esperaban impacientes el regreso de Fernando VII conocido entonces como “El deseado”.
No obstante, cuando el rey aceptó la propuesta de un grupo de diputados absolutistas – el llamado Manifiesto de los Persas- Fernando VII derogó la Constitución de 1812 conocida como la “Pepa”, siendo esto la primera reacción absolutista contra la incipiente revolución liberal.
Empezaba así lo que sería una constante en la historia española de los s. XIX y XX: la intolerancia y represión por cuestiones ideológicas.




Enlaces de libros que tratan este tema:


por David Domínguez.

martes, 8 de abril de 2008

Malaria, una epidemia histórica

La malaria o paludismo (del italiano “mal aire”), se cree que se origina en los pantanos y estanques. Es una enfermedad parasitaria que se localiza por las zonas tropicales de nuestro planeta, principalmente por el centro de África, Sur de Asia y América Latina. Al cabo del año se produce más de 120 millones de casos clínicos y 1,5 millones de muertos.



La malaria nos viene acompañando desde nuestros orígenes y a lo largo de la historia han sido muchos personajes históricos los que lo han padecido o incluso han muerto a causa de esta enfermedad.
Cabe destacar algunos como: Lord Byron, Alejandro Magno, San Agustín, Genghis Khan, Vespasiano, Dante, Cristóbal Colon, Vasco de Gama, George Washington y un largo etcétera.

Ver otros personajes de la historia afectados por la malaria

La malaria se contrae por unos mosquitos hembras del género Anopheles. Estos actúan como vectores, es decir, son portadores del parásito en su saliva y cuando nos pican para alimentarse de sangre nos transmiten estos parásitos, los cuales, se dirigen al hígado y posteriormente a la sangre.
Los síntomas que producen esta enfermedad son: ataques de fiebre con escalofríos, anemias, dolores de cabeza, náuseas y dolores de las articulaciones.

Para la especie humana existen 4 tipos de Plasmodium que pueden afectarnos:

P. falciparum: el más peligroso ataca en el cerebro y produce la muerte.
P. malariae: menos peligroso que la anterior produce fiebres.
P. ovale: es menos frecuente y potencialmente menos peligroso.
P. vivax: se produce con mayor frecuencia junto con la P. malarie.

El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo desarrolló una primera vacuna para esta enfermedad aunque su efectividad no es total. Las sustancias más comunes para apaliar la malaria son: el fosfato de cloraquina, cura infecciones por P. falciparum y P. malariae; el fosfato de primaquina, previene recaídas y cura infecciones por P. ovale y P.vivax; la quinina, debe utilizarse con precaución y se usa cuando P. falciparum se vuelve resistente a la cloraquina; y la mefloquina, es muy eficaz, apenas tiene efectos secundarios y combate todas las cepas de Paludismo.

Como ocurre con los antibióticos, estos parásitos están presentando resistencias a los medicamentos contra la malaria y la mejor forma de combatirlos es mediante la prevención. Se recomienda informarse y protegerse si se viaja a estas zonas.

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Por David Domínguez.

Puedes contactar conmigo en:   hispanus21@gmail.com