sábado, 28 de marzo de 2009

Biblioteca de la "Holland House"




A pesar de los constantes bombardeos que se producían durante el "BLITZ", en Inglaterra (kensington), la vida debía de continuar.
He aquí una imagen absurda y surrealista que nos muestra a unos lectores que buscan libros entre los restos calcinados de la biblioteca del conde de Ilchester, en Holland House, durante 1941.

Fuertemente dañado en septiembre de 1940 fue reconstruido en el año 1952.

La importancia de este edificio recide en que albergó a un círculo de literatos muy reconocidos, entre ellos destacan: Lord Byron, Bejamin Disreali, Charles Dickens o Sir Walter Scott.

La foto fue tomada por una agencia fotográfica de Londres, la Fox Photos.

by David Domínguez

sábado, 21 de marzo de 2009

Los difíciles años de la posguerra española.



Acabada la Guerra Civil Española (1936-1939), España estaba sumida en la más mísera pobreza y el malestar social junto a la fuerte represión fue una constante durante todo el periodo del Franquismo.

Muchos españoles, tras la cruenta guerra fratricida, fueron obligados a entregar todo el dinero republicano que habían ganado honradamente, con mucho esfuerzo y sudor, fue lo que supuso entregar los ahorros de toda una vida a cambio de nada. De hecho, conservar billetes republicanos suponía un delito que podía costar incluso la muerte, entregar el dinero era una cuestión vital.
A día de hoy, se discute en el parlamento recompensar y devolver el dinero incautado a estas familias durante el Franquismo; sin embargo, la falta de documentos que verifiquen tales hechos y la poca iniciativa de los partidos mayoritarios, alejan toda posibilidad de restaurar la dignidad y economía de dichas familias.

(Referencia: Informe semanal: El dinero Rojo)

Pero ¿cómo quedó España económicamente tras la guerra civil?

Las propias consecuencias de la guerra civil se convirtió en una causa clara del colapso del país, pero no sería esta la única. La autarquía llevada a cabo en la primera década del Franquismo (años 40), junto al aislamiento internacional y el azote constante de las sequías, llevó a España a una situación insostenible.
Otro aspecto a tener en cuenta sería la no incorporación de España al “Plan Marshall”, un programa llevado a cabo por EE.UU. y que tenía como objetivo la recuperación económica de Europa Occidental. Sin embargo, era condición indispensable ser un país democrático, una democracia que en España brillaba por su ausencia, lo que imposibilitó acceder a tal ayuda.

El sistema autárquico, propio de los estados fascistas, que consistía en el auto-abastecimiento y en la autosuficiencia, fue la principal causa del estancamiento de España. La renta familiar, además, había descendido hasta la extenuación y la subida de precio era una constante... mucho dinero circulando para financiar las deudas del estado, implicaba la elevada inflación.

Los años del Hambre, el racionamiento y la emigración.

El 14 de mayo de 1939, el gobierno franquista aprobó el “racionamiento”, una medida temporal que debía asegurar el aprovisionamiento de los productos de primera necesidad. Son famosas las cartillas de racionamiento que te permitían acceder a unos zapatos, a comida,  jabones por citar unos ejemplos. La medida duró hasta 1951, siendo el 1 de junio de 1952 cuando finaliza la cartilla de racionamiento en España.

Los peores años fueron los de 1946 a 1949, aún podemos escuchar a nuestros abuelos recordar con aspereza aquellos fatídicos y hambrientos años.
Si la situación en el campo era “Guatemala”, la situación en la ciudad era “Guatepeor” y que me perdonen los guatemaltecos por la broma.
Lo cierto es que, al menos, los campesinos tenían más fácil los productos de primera necesidad que los de ciudad. Estos últimos, gracias al contrabando, al mercado negro o al "estraperlo" accedían a los productos que el mercado oficial no realizaba.

Buscar en la basura, comer cáscaras de plátano, robar para sobrevivir o encontrar un periódico son unas algunas situaciones de entre tantas otras que hoy en día, en España, veríamos como ridícula pero que en aquella época era toda una rutina.

Ante esta situación, ¿qué quedaba?, pues emigrar, emigrar para aspirar a una vida mejor o, algo más trágico, para alimentar algunas bocas; bocas que pertenecían a unos hijos a los cuales veías con impotencia cuando te llamaban entre sollozos, tirándote del pantalón, diciéndote: “Papa, tengo hambre”.

Durante los años 40, la emigración y el exilio tenía lugar hacia países principalmente iberoamericanos, pero tras la finalización de la II Guerra Mundial, las emigraciones se enfocaron hacía Europa, más concretamente, a Francia (famosa las vendimias), Alemania (para su reconstrucción), Suiza, Bélgica o Reino Unido, entre otros.

Destrozada Europa tras la guerra mundial quedaba reconstruirla, y esto fue una gran oportunidad para los españoles. Trabajar en Europa era mejor que ir a América por dos razones: las distancias y la fuerte recesión que Ibero-América estaba sufriendo.
A pesar de los diferentes idiomas, trabajar en Europa era vital y todo fuese por conseguir algo dinero. Un idioma, no podía ser ningún impedimento para poder alimentar a la familia, se emplearía gestos sí para comer fuese necesario.

A comienzos de la década de los 50, hay un emergente crecimiento económico en el país. La España de Franco aprovechó para vender productos a los países beligerantes de la II G.M. y esto generó dinero para construir, como por ejemplo, numerosos embalses y presas de agua. Se vendió materiales como el Wolframio, un metal muy apreciado por la Alemania Nazi para sus carros de combate.
Con las ventas se llenaron las arcas del Banco de España, con divisas y oro pertenecientes casi con toda seguridad al expolio judío.

En el año 1950 se creó el Instituto Español de Emigración, comenzando la emigración masiva de españoles hacia Europa. Éxodo que acabaría durante la crisis de 1973.

Desde 1986 con la entrada de España en la Unión Europea, España se convierte en un país que receptor de otros ciudadanos del mundo, que al igual que nuestros antepasados, con el deseo de mejorar sus vidas.

Sin embargo, y lamentablemente, hoy volvemos a una situación económica de crisis, que obliga nuevamente a los españoles a emigrar. La diferencia entre hoy y el ayer es que ahora son muchos los que emigran con títulos universitarios en sus maletas.



"El emigrante" de Juanito Valderrama interpretdo por Rocío Cortés. Canción escrita 1949 para todos aquellos españoles que abandonaron su tierra, motivados por distintas causas.

Enlaces de interés:

por David Domínguez.

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