jueves, 27 de agosto de 2009

El quinto regimiento


En esta ocasión, a diferencia de las canciones de guerra que vengo subiendo al blog, he elegido otra que nos toca más de cerca en el tiempo, en la distancia y, también, para muchos, en el sentimiento.

Las canciones de la Guerra Civil Española fueron y son composiciones que encarnan la contienda mantenida entre el bando de la república y el bando sublevado. Como dice en la página web guerracivil1936.galeon.com: “Las canciones de la guerra civil… representan la otra lucha de dos bandos irreconciliables, la lucha de las palabras”.

El quinto regimiento” viene a ser una fusión de otras canciones: “El vito” y el estribillo de “Los contrabandistas de Ronda”. Ambas canciones se cantaban durante la guerra y, de esta forma, el “Anda jaleo, jaleo” se convertiría, por ejemplo, armonizado por Federico García Lorca, en la canción para la defensa de Madrid.



El dieciocho de julio
en el patio de un convento
el pueblo madrileño
fundó el Quinto Regimiento.

Anda jaleo, jaleo.
Ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo
y vamos al tiroteo.

Con Líster, el Campesino,
con Galán y con Modesto
con el comandante Carlos
no hay miliciano con miedo.

Anda jaleo, jaleo.
Ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo
y vamos al tiroteo.

Con los cuatro batallones
que a Madrid están defendiendo
se va lo mejor de España
la flor más roja del pueblo.

Anda jaleo, jaleo.
Ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo
y vamos al tiroteo.
Con el quinto, quinto, quinto,
con el Quinto Regimiento
madre yo me voy al frente
para las líneas de fuego.

Anda jaleo, jaleo.
Ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo
y vamos al tiroteo.

domingo, 16 de agosto de 2009

Absceso dental en el Antiguo Egipto


Gracias a las nuevas tecnologías, como los rayos X o los escáneres CT, la egiptología cuenta con una nueva especialidad, la paleopatología. Ésta, que se dedica al estudio de las enfermedades del pasado, nos da a conocer aquellas enfermedades que padecían los antiguos egipcios. Así, por ejemplo, sabemos que los cuadros patológicos más comunes entre estos fueron: neumonía, viruela, poliomielitis, arteriosclerosis o enfermedades de origen parasitario como la bilharzia, entre otras.

Cuando se orientaron los estudios patológicos hacia la dentadura de las momias, se descubrió que muchas de ellas presentaban pequeñas cavidades en los dientes.
Para lamento de los momificados, estas pequeñas cavidades acabaron en abscesos, por lo que podemos hacernos una idea del dolor tan intenso que debieron que soportar en vida, por no decir que muchos morirían a causa de esto.

Pero, ¿qué es exactamente un ABSCESO DENTAL?

Es, sencillamente, una acumulación de “pus” resultante de una infección bacteriana en el centro de un diente, afectando, por tanto, a la pulpa que se encuentra en el interior.
Una complicación de la carie dental que, hoy en día, fácilmente, podríamos curar mediante la suministración de antibióticos; eso sí, claro está, bajo prescripción médica.

En cuanto a cómo se origina la infección, sabemos que por fricción se produce cavidades o grietas en el esmalte de los dientes. Estas grietas, en el diente, permite la entrada de bacterias hacia el interior atacando a la pulpa, los glóbulos blancos encargados de luchar contra estas infiltradas bacterias, acaban originado una acumulación de pus que si no es drenada puede acarrear graves consecuencias, desde un intenso dolor de muela o grave inflamación hasta la muerte producida por la infección.

Los antiguos egipcios no disponía, raramente, de antibióticos por lo que acudían a la cirugía para aliviar al afectado de su afección.
Para ello, realizaban algún que otro agujero en la encía y provocaban el drenaje del material infeccioso y, en otras ocasiones, realizarían extracciones del diente o muela perjudicada.

Los egiptólogos y especialistas auxiliares apuntan que estas grietas en los dientes en los antiguos egipcios se deben a la arena, que probablemente se mezclaba de forma involuntaria con el pan al moler el grano en ruedas situadas al nivel del suelo.

Así, por ejemplo, encontraron estas patologías en las momias de Rameses II y sus súbditos.


Mi consejo: cuando estéis comiendo en la playa un bocadillo o tortilla de patatas, no olvidéis quitar esos granulitos de arena que se adhieren a la comida, de lo contrario acabaréis con esa preciosa boca que tiene Imhotep en la película, LA MOMIA; jejeje.

By David Domínguez.

lunes, 10 de agosto de 2009

La vuelta al mundo en "menos” de 80 días.


Que la realidad supera siempre la ficción no es algo nuevo. Que se lo digan, si no, al pobre de Phileas Fogg, que perdió su record (ficticio) 17 años después.

Nelly Bly, Elizabeth Jane Cochran, era el pseudónimo de la que sería primera reportera de América. Nació el 5 de mayo de 1864 en Pensilvania, EE.UU., y se convertiría en unas de las primeras mujeres en dedicarse al periodismo de investigación, además de dar la vuelta al mundo en 72 días.

Todo comenzó cuando “Nelly Bly” leyó una columna sexista en un periódico local, ofendida decidió enviar una misiva al editor. Fue tal la calidad de su escrito que el mismo editor la invitó para que trabajara como reportera.

Después de escribir varios artículos en la sección de mujeres, Nelly Bly, decide marcharse a New York y, allí, consigue trabajar para el periódico de Joseph Pulitzer, llamado The New York World.
Su primer trabajo, donde tuvo que soportar duras condiciones, sería un reportaje de investigación en un asilo psiquiátrico de mujeres, para ello tuvo que hacerse pasar por demente. Su reportaje tuvo un éxito brutal y se comprometió a ayudar a esas mujeres enfermas que sufrían condiciones vejatorias.
Cuando en 1888, le plantean a Pulitzer un reportaje sobre la vuelta al mundo, aludiendo a la historia escrita por Julio Verne en 1872, éste elige a la reportera Nelly Bly, y en consecuencia la convierte en la primera persona (y mujer) en dar la vuelta al mundo. Muchas mujeres, tras el éxito de Nelly Bly, se inspirarían en ella.

La aventura comenzó el 14 de noviembre de 1889 en New York y concluiría el 25 de enero de 1890, acabando ocho días antes que el personaje de Julio Verne.
En su viaje, visitó a Julio Verne y le comentó que estaba realizado un viaje al igual que su personaje, Phileas Fogg. La diferencia radicaba en que su viaje partía de New York, no hacía parada en Bombay sino en Colombo y que acabaría en tan sólo 72 días.

Julio Verne sorprendido le escribió, le había prometido que si era capaz de dar la vuelta al mundo en tan sólo 79 días, él aplaudiría su hazaña y, de hecho tardó menos.
En 1895 contrajo matrimonio con el millonario Robert Reaman y se retiró por algún tiempo del periodismo. En 1904 muere su marido y dirige la empresa de éste, una fábrica que hacía, entre otras cosas, latas, barriles y calderas de acero. Más tarde, siguió cubriendo eventos como la Convención de 1913 sobre el sufragio femenino y la I Guerra Mundial desde el frente oriental de Europa. Lamentablemente, fallecía el 27 de enero de 1922, en un hospital de New York, por neumonía.


Enlace de visita obligada:
La vuelta al mundo en 72 días


por David Domínguez.



Historia de los Imperios


En tan sólo 90 segundos, este gráfico hace un recorrido por la historia de los imperios.

En él se plantea: ¿Quién ha controlado el Oriente Medio sobre el curso de la historia? Bastante, cada uno. Los egipcios, turcos, judíos, romanos, árabes, persas, europeos... la lista continúa. ¿Quién controlará el Oriente Medio hoy? Es una pregunta mucho más compleja.




Enlace:

+ http://www.mapsofwar.com/

miércoles, 5 de agosto de 2009

Una Noche Toledana


Ocurrió en Toledo, antigua capital visigoda, un hecho histórico tan terrible y confuso que sólo llegaría a nuestros días en forma de leyenda.
En un ambiente escalofriante y cargado de dramatismo se forja esta leyenda cruelmente sanguinaria.

Corría el año 803 y Tolaitola, Toledo, era gobernada por un joven, que no dudaba en abusar del poder que ostentaba.
Yussuf-Ben-Amrú, que así se llamaba el joven gobernador árabe, había extendido su terror por toda la ciudad, ni el pueblo llano ni la nobleza escapaba de sus desmanes.
Un día, algunos nobles de la ciudad, temerosos de los futuros actos del gobernador, deciden enviar una embajada a Córdoba para que hablasen con el califa, Alhakem.

Éste, aunque al principio reacio, a actuar contra el gobernador de Toledo, acaba complaciendo a los emisarios y les otorga una orden para que puedan destituir y encarcelar a Ben-Amrú. Así, se hizo y Ben-Amrú era encarcelado en una celda de su propio palacio, en el cerro Montichel. Sin embargo, algunos toledanos resentidos por las acciones del ex-gobernador y aprovechando un motín originado por un aumento de los impuestos invaden el palacio y asesinan a Ben-Amrú, degollándolo.

El pueblo de Toledo quedó espectante, temiendo las represalias del califa ante tal actitud e, incluso, el temor se acrecentó cuando se conoció el nombre de quién sería el nuevo gobernador de Toledo. Nada más ni nada menos que el mismísimo padre de Yussuf Ben Amrú, gran amigo del califa. Sin embargo, el padre se mostró tanto al pueblo como a la nobleza afable y tolerante, evitando cualquier conversación respecto a su hijo. Pronto, el pueblo y la nobleza, recobrarían la confianza y la tranquilidad que tanto ansiaban.

Más tarde, cuando el hijo de Alhakem, Abderramán, regresaba a Córdoba tras unas batallas en el norte, contra los cristianos; el gobernador de Toledo, invita a los nobles de la ciudad a una fiesta en honor al príncipe. En “una hermosa noche toledana” llena de lujo y una suntuosa recepción son recibidos los nobles de Toledo y sus amigos, la alegría de los invitados era más que evidente. Sin embargo, sin más dilación y a medida que entraban a palacio, todos ellos eran decapitados con prominentes sables, al fin y a sangre fría, el gobernador presenciaba la muerte de más de 400 nobles. La venganza tan vilmente fraguada se materializaba en una noche toledana.

La expresión “Una Noche Toledana”, a modo de curiosidad, es utilizada a menudo para referirse a un hecho terrible, las connotaciones negativas de esta frase están más que justificada por esta leyenda.


By David Domínguez

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