Una escena para la historia: El Gran Dictador

Supongo que al cine lo llamarán el séptimo arte porque fue el séptimo en llegar, porque hay ocasiones en las que sin lugar a dudas se pone por delante de todas las artes y nos regala momentos inolvidables, momentos en los que los más duros lloran, y los más débiles se hacen fuertes; en los que el tiempo se detiene, y el espacio se hace infinito; en los que lo pequeño se hace grande, y lo grande inmenso; momentos en los que nada de lo que hay fuera de esa pantalla importa, sólo esos 24 fotogramas por segundo; en los que lo vivido se hace recuerdo eterno antes incluso de que entre por nuestros sentidos; momentos en los que pestañear es pecado, y estornudar delito porque unas décimas de segundo perdidas son un mundo no encontrado.

Hoy, rindo homenaje a esos momentos, a esas escenas que han hecho historia porque nos han hecho sentir que somos lo que somos: alma, corazón, y vida.

«Lo lamento mucho, pero no quiero ser dictador. No quiero conquistar ni gobernar a nadie. Deseo ayudar a todos, judíos, gentiles, blancos o negros… Nuestra sabiduría nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia nos ha hechos duro y malos. Pensamos demasiado y sentimos poco. Más que maquinaria necesitamos bondad y ternura… ¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos!» (Charles Chaplin, en El gran dictador).

Comentario: El inconfundible Chaplin dirige la pelicula El Gran Dictador. Una sátira al facismo así como al propio Adolf Hitler. Realizada a comienzo de la 2º Guerra Mundial. Se pudo ver en Alemania en 1958 en España hasta el fin del Franquismo estuvo prohibido. Se estrenó en nuestro país el 30 de abril de 1976.

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