martes, 24 de febrero de 2009

“Quand Madelon”, el himno de los poilus.



Esta canción francesa (“Cuando Magdalena”) fue escrita por Louis Bousquet en 1914, antes de que tuviese lugar la primera guerra mundial. La música, sin embargo, la compuso Robert Camille.

El “poilu”, del francés: peludo, era el nombre con el que se conocía al soldado francés de la Gran Guerra (1914-1919). Cuando un joven crecía, además de crecerle el pelo por el cuerpo, también, crecía su valentía, su coraje y virilidad, y estos debían ser los atributos de un buen soldado, de ahí, el nombre de "Poilu".

Tras las cruentas batallas de 1916, los “poilus” estaban apunto de amotinarse debido a las penosidades que sufrían: muertes, privaciones, miserias, etc.
Apenas recibían un reconocimiento o premio por sus insufribles tareas, aunque eso sí, de vez en cuando, recibían un permiso para ausentarse de la batalla o de la rutinaria y maldita trinchera.
Con este permiso, el poilu o soldado francés, dedicaba sus horas libres al ocio o, si era menester, al juego del placer. Lo cierto es que una de las cosas que más le gustaba era ir al teatro o cabaret y presenciar grandes espectáculos, sobre todo, escuchar la canción “Quand Madelon” interpretada por el famoso cantante, Polin Bach.

Esta canción se hizo famosa en el peor periodo de la I G.M. pero, de ahí, su éxito. Los soldados franceses al cantarla, de alguna manera, se despojaban del malestar que la guerra les generaba en el cuerpo.
Tal fue la fama de esta canción que pronto se convirtió en el himno de los POILUS. Fue grabada por pirmera vez en 1917 por el cantante, Marcilly.

Magdalena ("Madelon") era una chica ficticia pero, para los soldados franceses era la chica de sus sueños. La canción, al ritmo de marcha militar, venía a contar lo siguiente:

<< Ella servía el vino. Ellos beben y coquetean con Madelon. Se frotan contra su vestido, intentan abrazarla y ella los aparta, sonríe con ojos picaros y dice: "No te quiero a ti, quiero a todo el regimiento. Estoy aquí para servir a todos los hombres". >>





La Madelon

Pour le repos, le plaisir du militaire,
Il est là-bas à deux pas de la forêt
Une maison aux murs tout couverts de lierre
"Aux Tourlourous" c'est le nom du cabaret.
La servante est jeune et gentille,
Légère comme un papillon.
Comme son vin son œil pétille,
Nous l'appelons la Madelon
Nous en rêvons la nuit, nous y pensons le jour,
Ce n'est que Madelon mais pour nous c'est l'amour

Quand Madelon vient nous servir à boire
Sous la tonnelle on frôle son jupon
Et chacun lui raconte une histoire
Une histoire à sa façon
La Madelon pour nous n'est pas sévère
Quand on lui prend la taille ou le menton
Elle rit, c'est tout le mal qu'elle sait faire
Madelon, Madelon, Madelon !

Un caporal en képi de fantaisie
S'en fut trouver Madelon un beau matin
Et, fou d'amour, lui dit qu'elle était jolie
Et qu'il venait pour lui demander sa main
La Madelon, pas bête, en somme,
Lui répondit en souriant :
Et pourquoi prendrais-je un seul homme
Quand j'aime tout un régiment ?
Tes amis vont venir.
Tu n'auras pas ma main
J'en ai bien trop besoin pour leur verser du vin.


Quand Madelon vient nous servir à boire
Sous la tonnelle on frôle son jupon
Et chacun lui raconte une histoire
Une histoire à sa façon
La Madelon pour nous n'est pas sévère
Quand on lui prend la taille ou le menton
Elle rit, c'est tout le mal qu'elle sait faire
Madelon, Madelon, Madelon !


Algunos soldados franceses más osados cambiaron la frase "Madelon, Madelon, Madelon!" por "Mamelon, Mamelon, Mamelon!" que significa en francés pecho o pezón, haciendo alusión a los pechos de sus novias o esposas.



En España, poco después de la Guerra Civil Española, esta canción se cantaría en la cárcel de mujeres de Ventas, en Madrid, pero con distinta letra. Una letra que manifestaba las malas condiciones que ofrecía la cárcel; y esto, debido a que se recluían a más muejeres de la cuenta.

Si la capacidad de la cárcel era, aproximadamente, de 450 reclusas, se llegaron a recluir a más de 4.000. Estas mujeres, reclusas, se encontraban hacinadas en la peores condiciones, sufriendo hambre y escasez de higiene.

A continuación, fragmento de la letra que las reclusas pusieron a la canción "Quand Madelon":

Cárcel de Ventas sutil maravilloso
Llena de higiene lujo y confort
Donde no hay agua ni cama ni comida
En el inferno se está mucho mejor
Hay cola y to’ en los retretes
Rico cemento dan por pan
Lentejas único alimento
Y un plato al día te darán
Lujoso baldo si
Disfruta por colchón
Y al levantar tengo deshecho un riñón.


por David Domínguez.

lunes, 16 de febrero de 2009

Judería de Sevilla


Sevilla es, sin duda alguna, una ciudad iluminada, llena de arte y de alegría, de temperaturas cálidas y de aromas inconfundibles como el azahar, el jazmín o el incienso.

Tampoco se queda corta en historias. Por ella, han pasado multitud de culturas y sus huellas quedaron plasmadas en su gente y en sus singulares calles y monumentos.

La historia que hoy nos ocupa es la historia de su antigua judería que es actualmente uno de los lugares con mayor atractivo turístico.

Adentrémonos pues en su laberíntico barrio de Santa Cruz y hagamos un recorrido por sus extravagantes historias, en este caso, un poco negra.

Nos encontramos en la Sevilla de la convivencia, la convivencia de tres grandes culturas, a saber, cristianismo, islamismo y judaísmo. Sin embargo, esta aparente convivencia pacífica pronto se verá ensombrecida por algunos personajes e hitos históricos.


Desde la conquista de Sevilla por Fernando III (1248), musulmanes y judíos pudieron vivir en la ciudad con libertad de culto, junto a la mayoría de los cristianos.
Así lo quiso el rey y todos sus sucesores, pero un clérigo de Écija, Fernando Martínez, consiguió convencer a una plebe de cristianos para crear una revuelta en contra de los judíos.
Entraron en la judería y maltrataron y saquearon sus casas y tiendas.

En un primer momento, fueron sofocados en distintas ocasiones, pero el clérigo continuaba con sus predicaciones e incitaciones.
El día 6 de Junio de 1391, tendría lugar la sangrienta masacre, entraron en la judería y al grito de “muerte a los judíos” acabaron con 4.000 victimas judías y unos pocos sobrevivientes huyendo de la ciudad.



Estos judíos exiliados solicitaron auxilio a la regencia de Enrique III, pero poco consiguieron, pues el futuro rey aún era menor de edad.

La ineficacia de la regencia y la poca organización de la seguridad de la ciudad fueron causas del éxito de Fernando Martínez y la posterior decadencia de los judíos.

Al poco tiempo, los huidos volvieron a Sevilla reconstruyendo sus casas y tiendas. Cuando Enrique III cumplió la mayoría de edad condenó al clérigo y a la ciudad de Sevilla con grandes multas de oro, pero ya no quedaba ningún barrio judío, al menos, de lo que fue.

A pesar de las nuevas garantías de los reyes hacia los judíos, aún se sentían inseguros y seguían sufriendo, en ocasiones, innumerables vejaciones.


Esto originó un gran rencor y deseo de venganza de los pocos que quedaban.
De hecho, en 1481, un banquero judío, Diego Susón creó un plan para levantar una rebelión en todo el reino y acabar con la difícil situación de su comunidad.

Al igual que ocurrió en el 711, los judíos cansados de los visigodos montaron una rebelión y facilitaron la entrada de los musulmanes en la península ibérica. Ahora Diego Susón estaba convencido de hacer algo parecido. Las reuniones secretas se sucedían constantemente a fin de ultimar los preparativos de la conjura.

Sin embargo, Diego Susón no contaba con la traición de su propia hija, Susona (Susana Ben Susón). Esta era una chica joven y hermosa que consciente de su belleza aspiraba llegar a lo más alto en la sociedad Sevillana. Y así, sin saberlo su padre, se dejaba cortejar por un caballero cristiano de alto linaje.


Otra vez, como tantas veces se ha repetido en la historia, nos encontramos ante un amor imposible destinado a un final fatídico.

Una noche, cuando Diego Susón y todos los conjurados se reunieron para detallar la operación, Susona escuchó todo cuanto decían y en vista de que plateaban matar a todos los principales caballeros de Sevilla, no dudó en contárselo a su querido amado, quién se encontraba entre los que debían de morir.
El caballero cristiano rápidamente se dirigió al asistente de la ciudad, Don Diego de Merlo y junto a un grupo de alguaciles apresaron a todos los conjurados, incluido el padre de Susona.
Todos fueron condenados a muerte y colgados en la actual Tablada, lugar donde ejecutaban a los peores criminales y se exponían durante un año.

Susona no pensaba que su padre y los conjurados iban a ser condenado a muerte. Ella creía que al delatarlo simplemente llevaría al traste la operación y que podría llevar una vida tranquila y “pecaminosa” con el caballero.

Afligida y envuelta en remordimiento decide convertirse al cristianismo y pasar un tiempo en un convento. Posteriormente, vuelve a su casa donde llevó una vida cristiana y ejemplar hasta su muerte.

Cuando abrieron su testamento había una cláusula donde pedía que su cabeza fuera sujetada con un clavo en su puerta para siempre y así se hizo. Siendo su cabeza calavera, su calle se llamó “Calle de la Muerte”, afortunadamente, hoy se llama “Calle Susona”.

La historia que siguió a los judíos de este barrio ya la conocemos, en 1492 fueron todos expulsados de España. No obstante, en Sevilla, sólo se expulsaron a unas pocas familias, las que quedaban.


by David Domínguez

viernes, 13 de febrero de 2009

"Parlez moi d'amour" por Lucienne Boyer


La sección "GRAMÓFONO" nació hace unos meses en el "Club de los historiadores".

En esta sección podremos escuchar canciones que marcaron una época, concretamente, la primera mitad del siglo XX.

Poco a poco, esta sección irá "in crescendo", realizando un viaje a través de la música que sonaba durante la Gran Guerra, los "Felices años veinte", la crisis económica (Crack del 29) o la II Guerra Mundial.

Observaréis algo muy curioso y será la temática de las canciones que en lugar de tratar temas de corte militar, tratan temas sobre el amor, la vida en el hogar o la vida en los países de origen en tiempo de paz.

No es extraño que en esos tiempos de nostalgia y añoranza recurrieran a estas canciones, quizás para suplir dichas carencias y hacer la vida más llevadera. No obstante, aclarar que también había canciones con temática militar pero en menor proporción.




"Parlez moi d'amour" ("Hablame de amor") es una canción famosa no sólo en Francia sino también en todo el mundo. La letra se atribuye a un ingeniero francés, Jean Lenoir y fue compuesta en 1930. La primera artista que la interpretó fue Lucinne Boyer.



Parlez-moi d'amour
Redites-moi des choses tendres
Votre beau discours
Mon cœur n'est pas las de l'entendre
Pourvu que toujours
Vous répétiez ces mots suprêmes
Je vous aime

Vous savez bien
Que dans le fond je n'en crois rien
Mais cependant je veux encore
Écouter ce mot que j'adore
Votre voix aux sons caressants
Qui le murmure en frémissant
Me berce de sa belle histoire
Et malgré moi je veux y croire

Parlez-moi d'amour
Redites-moi des choses tendres
Votre beau discours
Mon cœur n'est pas las de l'entendre
Pourvu que toujours
Vous répétiez ces mots suprêmes
Je vous aime

Il est si doux
Mon cher trésor, d'être un peu fou
La vie est parfois trop amère
Si l' on ne croit pas aux chimères
Le chagrin est vite apaisé
Et se console d'un baiser
Du cœur on guérit la blessure
Par un serment qui le rassure
Parlez-moi d'amour
Redites-moi des choses tendres
Votre beau discours
Mon cœur n'est pas las de l'entendre
Pourvu que toujours
Vous répétiez ces mots suprêmes
Je vous aime


por David Domínguez.

Puedes contactar conmigo en:   hispanus21@gmail.com